Gestión discrecional de carteras: la democratización de la gestión patrimonial

La gestión discrecional de carteras ha cambiado el panorama financiero de las entidades que han visto en este nuevo tipo de contratos una oportunidad de mejorar su retorno y crecer en clientes

 

La implementación de la regulación MiFID II en 2018 impulsó el progreso de este nuevo tipo de contratos al mejorar notablemente el cumplimiento de los test de idoneidad, obteniéndose así muchos más datos de calidad sobre las intenciones financieras de cada cliente. 

 

La gestión automatizada está basada en carteras modelo que permiten a cada entidad gestionar de forma automática y masiva las carteras de sus clientes. Con este tipo de contratos es posible hacer un seguimiento de estas inversiones de una manera automática y con menos recursos implicados. Las entidades financieras tienen así la oportunidad de virar hacia un modelo discrecional de gestión de carteras que reduce los altos costes del asesoramiento que repercuten en los clientes.

 

Este nuevo término del mundo financiero, proviene de que se trata precisamente de una inversión del patrimonio del cliente “a discreción” del asesor. Una nueva forma de invertir que puede implicar un proceso automatizado (industrializado) o uno manual (sólo disponible a partir de ciertos patrimonios). En definitiva,  un modelo que combina las capacidades de cada asesor con la última tecnología para optimizar el modelo de costes y para sistematizar el servicio prestado al cliente.

 

En el proceso automatizado tienen un papel crucial los servicios profesionales de construcción y seguimiento de carteras modelo. Para esta gestión discrecional de carteras, el proceso está basado en carteras modelo, lo que permite rebalancear de forma automática las carteras de los clientes. Al cliente, mediante los datos que ha proporcionado para su perfil de riesgo, se le asignará la cartera modelo que más se ajuste a sus objetivos de inversión (incluyendo carteras sostenibles bajo criterios ESG), posibilitando aportaciones y reembolsos.

 

Si bien antes había que limitarse a unas carteras específicas ajustadas a unos perfiles de riesgo determinados, hoy, gracias a las últimas tecnologías de Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning, somos capaces de crear la cartera modelo que más se ajuste a las necesidades de cada cliente.

 

Esta gestión discrecional automatizada de carteras se puede hacer a través de un software de gestión de patrimonios como un Robo Advisor, para el que es indispensable contar con APIs de última generación que cumplan con las especificaciones de cada cliente. Con la experiencia, hemos aprendido que para entregar el mejor servicio de gestión es esencial que las reglas de negocio se configuren en el algoritmo de rebalanceo. Esto es lo que va a permitir optimizar el número de operaciones y por tanto los costes que repercuten en el cliente.

 

Y por esto mismo estamos viendo esta tendencia clara en la industria financiera: las entidades están virando desde el asesoramiento hacia el modelo de gestión discrecional, debido a la automatización y contención de costes para sus clientes.  En definitiva, una inversión en carteras de gestión discrecional que está revolucionando la manera de invertir al permitir una democratización real en la industria de gestión de patrimonios.

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